Así lo viví yo:
Cómo
sabéis, el pasado sábado 12 de mayo, se celebró en Ronda la famosa 101 km/ 24
horas. Tres son las disciplinas en las que se puede participar: marcha, mtb y
duatlón. Nosotros, evidentemente, participamos en la carrera MTB.
Salimos
de Villarrobledo, el viernes después de trabajar y tras el respectivo café en
La masía, Casas, Jota, Montejano, Catalán y yo. Chelo, Isa y Raquel también nos
acompañaban en esta ocasión. Nada más salir a la autovía, recibo la llamada de
mi colega CR2, ya habían llegado a la casa del molino y nos estaban esperando
en Jimera de Líbar. Allí estaban CR2, José “Puchero”, Juan y Conchi. Tras seis horas
de viaje, más o menos, llegamos a Ronda y de aquí para Jimera de Libar, un
pequeño pueblo de la serranía de Ronda donde años atrás se había rodado la
serie de Curro Jiménez. Dos bares y un hostal hay en el pueblo y allí fuimos a
ver si nos daban de cenar esa noche. A mitad de cena, llegaron los colegas de Navalcán al
bar, nos echamos unas cervezas, si cervezas el día antes de la carrera, unas
risas y allí pasamos el rato. Poco después, llegaron los colegas de Jota,
Pedro, Salva, Juanra y un amigo de Valencia, Justo.
El
molino está situado, como es lógico, en la ribera de un río muy parecido al
Tiétar. Llegamos a él gracias a CR2 and company que ya habían estado por la
tarde porque, por la noche, hubiera sido imposible llegar. Allí no llegan los
GPS, jeje. Hubo un poco de desconcierto para repartir las camas y divanes. Aquello
parecía la casa de gran hermano. Qué “descojone”, todos con todos, bueno juntos
pero no revueltos eh. Después del cachondeito todos a la “piltra” y a intentar
dormir. Difícil empresa esta de dormir, entre los nervios por la carrera y los
ruidos nocturnos de algunos, jejej. Menos mal que el sonido del agua del río te
relajaba y así pude conciliar el sueño a eso de las 3 de la madrugada.
Las
6:30 de la mañana y arriba con el “Quinto levanta”, el tono que se había
grabado Puchero el día de antes y con el que nos levantó a primerísima hora de
la mañana a todos los del molino. Cuando desayunábamos, se empezaron a oír
dioses y copones, era Montejano que, por tanto mimar su máquina, había
amanecido averiada. Se habían aflojado los piñones y aquello no había quien lo
arreglase. A toda prisa, Jota y Pedro para Ronda a buscar una tienda de bicis
abierta para el arreglo. Hubo suerte y Pedro puedo hacer la carrera. Algunos
pensaron que, como es tan tuno, se las había apañado para quedarse de cañas por
Ronda con las chicas, jajaja. Pero no, Pedro a la parrilla de salida.
Bajamos
la bicis de los porta y me doy cuenta que me he dejado los botellines con las
sales y todo en el molino. Menos mal que el “tío” Jota me dejo uno que le sobraba.
Nos fuimos para la Ciudad Deportiva de Ronda. Pedro y Cata no pudieron pasar y
se quedaron fuera para salir los últimos, ya que no llevaban dorsal y así se lo
indicaron los legionarios. A Jota le perdimos y se quedó con Salva y el resto detrás
dentro ya del campo de fútbol. Casas, Puchero, Juan y yo, conseguimos una muy
buena situación dentro del estadio. Más aún cuando un legionario, nos dijo:
“Compañeros, pasar a cabeza de pelotón por tener el maillot de este año”. Había
confundido nuestro maillot del Comando Cobra con el conmemorativo que había
hecho la Legión para este 2012 y nos pusieron en sito privilegiado. Enhorabuena
por el diseño, Jota.
A
las 10:30, después de estar esperando en el campo de futbol una hora y media, a
30 grados de temperatura y tras las palabras de las autoridades y el General
Leza, dio comienzo la carrera con 4 km neutralizados por las calles de Ronda.
Se respiraba un buen ambiente, gente por todos sitios aplaudiendo y animando. A
las 11, salida oficial, ya a las afueras de Ronda.
Empezamos
la carrera rodando tranquilos, bicis por todos lados, tantas como 2900. Primero
kms cómodos. Legionarios por todos lados, un helicóptero de apoyo sobrevuela
nuestras cabezas. Primera caída en una bajada en el km 7 más o menos. Pienso,
hay que tener mucho cuidado. Pequeños charcos que hacen algún tapón, la gente
pasa por lo verde y pinchazos. Yo al charco, empezamos a mancharnos. En este
tramo íbamos juntos Casas, CR2, Puchero, Juan y yo. Me empiezo a dar cuenta de
lo serio que es la prueba cuando, en la bajada del km 14 veo los 62 por hora en
el cuenta, ¡la madre que me parió que cuestas va a haber por aquí hoy! Llegamos
a Arriate, después de pasar un par de avituallamientos sin parar y empezamos la
primera ascensión de 4 km. Voy bien, aunque el calor empieza a contar. Sudo,
sudo bastante y voy a rueda de CR2. Me pasa, lo paso, Juan se empieza a quedar.
Casas y Puchero van delante. En el 26, control, sellado de la cartilla,
llenamos bidones y vámonos. Aquí ya éramos binomio CR2 y yo. Jota se había
quedado a esperar a Cata y Pedro. Íbamos muy cómodos, contando chistes y todo
hasta que…en Alcalá del Valle, km 39, tengo la mala fortuna de meter la rueda
trasera, una Larsen 1.9 nueva puesta para la ocasión y fina como los tacones de
los zapatos de las señoritas, en una rejilla tipo guardaganado. La bici se me
queda incrustada en la rejilla y se me jode el cambio. Dejo inutilizado los
tres piñones grandes. ¡Joder qué putada! Evidentemente la cuesta asfaltada a
patita. CR2 me espera. Le cuento la movida, movemos el cambio pero nada, sigue
averiado. Pues vamos allá, lo haremos con tres piñones menos, los importantes. Seguimos.
El paso por Setenil, ya en la provincia de Cádiz, me encantó. Gente en las
terrazas de cañas animando por todos lados. ¡Cerveza fresca! Me dieron unas
ganas…pero no, tuve cabeza y tiré que quedaban muchos kms. Pensé que con el
cambio averiado, los 20 km entre el 45 y el 65 se me darían peor pero no,
metiendo cuádriceps, gemelos, riñones y corazón llegamos al cuartel en el km 76
después de un par de pinchazos de CR2. Allí nos esperaban Casas y Puchero
echados a la sombra de un camión, ¡qué tíos! Iban fuertes. Comimos, esperamos a
Juan. Le comento a Casas la movida del cambio y consigue arreglármelo. Millones
de gracias tío, si no, viendo lo que nos esperaba después, no hubiese acabado.
Empieza
el calvario. Del km 76 al 82, 6 kms de subida a la famosa y archiconocida
ermita. Despacio, llevando cadencia, papapapapapa…pero es demasiado papapapa…el
pulsometro no deja de pitar, lo apago, no quiero pensar, sudo, me acuerdo de mi
madre (¡la madre que me parió qué pinto aquí!). Pie al suelo, ni andando se
podía subir casi. Qué picachuuuuuuuuuu! Al coronar, me dejo caer y me dice uno
que estaba por allí, “acabas de llegar a un cementerio”. Miré y la escena era
dantesca, gente tirada por todos lados. Aquello parecía la máquina del los
Zombis que había en el bar Texas de Navalcán cuando éramos “chicos”. Después,
la bajada de las Eses empedradas, espectacular y llegamos a Benaoján, km 85.
Justo hasta aquí creo, llegó el máquina de Montejano. Todo un exitazo máquina, sí
señor, 85 km del ala duros no, lo siguiente, como dice Chelo.
En
Benaojan, nos volvieron a esperar Casas y Puchero a CR2 y a mí. A partir de
aquí, no volvimos a verlos más. Y fue cuando me empezó de verdad a contar la
avería sufrida en el km 40. Lo peor, del 87 al 91. La subida de Benaojan, no
puedo más, me tumbo en la hierba, CR2 dándome ánimos, gracias máquina. Vámonos.
Se me va CR2, no llevo agua, la boca se me seca, me cuesta tragar, cuando llego
al avituallamiento del 96, me ducho literalmente, me bebo tres vasos de
isotónica, un botellín entero de agua y 8 cuartos de naranja chupada. Chupaba
como las cabras la sal, nunca mejor dicho, jajajaja. Recuperamos y para Ronda.
5 km últimos de lujo, la cuesta del cachondeo con fotitos y relajada.
Entrada
triunfal en Ronda de CR2 y yo con la bandera de Navalcán al viento, gente
aplaudiendo en la avenida. Buaaaaaaaa, que gustazo Dios!!!
Tras
7 horas 58 min, conseguimos llegar a meta cansados pero con una sonrisa en la
cara, que es de lo que se trata, de disfrutarlo. Casas y Puchero ya habían
llegado. Los demás colegas, irían llegando. Juan hecho un jabato, capacidad de
sufrimiento tiene el tío. Cata, un poco blanco nuclear, me eché con él dos
gordas nada más llegar. Entró por meta y le pusieron la medalla pero…como es
tan bueno, le dijo al legionario que a él no porque había corrido sin
inscripción. No te preocupes Cata, la mitad de la mía es tuya. Jota también
llegó y, Montejano valiéndose de su verborrea, palabrerío y habilidades
sociales, conoció a un Teniente Coronel en Benaojan hasta donde llegó, que
ordenó a un soldado que, en un principio se había negado, a que lo llevaran a
Ronda en camión. Todo un artista. Lo dejaron en la Estación de autobuses y,
gastando la última bala que le quedaba en la cartuchera, enfiló para el parque
de la Alameda donde estaba la meta pera entrar por el arco y llevarse su
medallita, aún no llevando dorsal. Si es que es muuuuuuuuu listoooo, como dice
Catalán, jajajaja.
Después,
pues eso. Cena en Jimera, ducha y a dormir. Al día siguiente, unas cañitas por
Ronda y para Villa.
Vaya
testamento que os he metido coño pero, es que ya se sabe, crónica larga de ruta
larga. No me enrollo más que me voy a almorzar. Solo me queda agradecer y
felicitar al Tercio de la Legión de Ronda por la organización, ¡chapó!. 700 legionarios
por todo el recorrido, 300 voluntarios, camiones, jeeps, aljibes, un
helicóptero…un despliegue que solo lo puede hacer, como nos dijo el subteniente
en el cuartel, LA LEGIÓN. A mis compañeros de fatigas, muchísimas gracias por
darme la oportunidad de compartír con vosotros esta experiencia inolvidable y,
a todos, ¡ENHORABUENA, MÁKINAS!
Como dijo el General de La Legíon, el General Leza: "Sois lo que España necesita para salir adelante".
Por Albloggero, "Muises".
No hay comentarios:
Publicar un comentario